martes, 3 de marzo de 2009

Violencia en los estadios


Historia de las barras bravas:

Las barras nacen de una subcultura juvenil, en donde lo que se busca es la pertenencia a un grupo determinado que compartan los mismos gustos. Ahora bien, se diferencia de una barra brava porque estas tienen unos rasgos más marcados como lo son: nacionalismo, xenofobia, exaltación de la fuerza física, virilidad agresiva, sentido del honor asociado con la capacidad de pelear y la demostración del más fuerte, haciendo que estos grupos sean de pensamientos radicales.
En la historia de las barras bravas, se han relacionado con el alcohol y las drogas, aunque no siempre es así, ya que si miramos la sociedad actual, en realidad encontramos que la juventud en general se relacionan con esas dos variables.
En nuestro país las barras mal llamadas "bravas" son conformadas por jóvenes entre los 13 y 26 años, ya que son muy recientes. En otros países, en las barras bravas hay personas de 50 y más años, ya que es una tradición más arraigada y el fanatismo es mayor.
Es decir que en Colombia todavía podemos encontrar las causas de ese rencor y rabia reprimidos entre estos hinchas, en primer lugar, se presenta una situación social, en donde un núcleo familiar violento genera más violencia, en segundo lugar, un factor económico que hace que el hincha desahogue sus problemas en un estadio de fútbol y en tercer lugar, una carencia de educación en el comportamiento.
Una figura mundial opina al respecto "Estaba pensando en volver a Argentina, pero la violencia es un problema que persiste en el fútbol argentino. Cuando veo las imágenes por televisión, me asustan" dijó Gabriel Omar Batístuta, al interrogársele si quería volver al fútbol argentino. La violencia salpicó el Torneo Apertura con los incidentes en el derby de Avellaneda entre Racing e Independiente y con la muerte de un seguidor de 17 años, que fue asesinado a tiros en un encuentro de la segunda división. Me estoy preparando para retirarme del fútbol, dijo el argentino en una entrevista concedida a un programa de televisión.
Jorge Valdano, exfutbolista, técnico y ahora manager del Real Madrid, responsabiliza a los directivos y los medios de comunicación de la violencia en el fútbol El director general deportivo del Real Madrid, Jorge Valdano, ha declarado que los directivos y los medios de comunicación tienen la culpa de que se necesite tanta seguridad de los campos de fútbol.


No más violencia en los estadios


La escuadra escarlata necesita el apoyo de aquellas personas que puedan estar presentes en el encuentro de hoy en Medellín, América vs Envigado, pero de forma pacifica. Las llamadas barras bravas son un conjunto de personas que se reúnen en torno a un deporte, por lo regular el fútbol, y que su máximo grado de expresión son sus cánticos, con los que alientan al equipo de su preferencia en cada partido. En las últimas fechas, las olas de violencia en los encuentros futbolísticos ha venido creciendo, involucrando en estas desafortunadas expresiones, personas ajenas a los diferentes conflictos que se generan al interior de los estadios. De una u otra forma, la “barras bravas”, han tenido cierta incidencia en tales hechos, borrando de alguna manera el verdadero objetivo de dichos grupos, que son los de acompañar a su equipo y dar apoyo en cada duelo sin importar el resultado. Por esto invitamos a los hinchas americanos que estarán esta noche en Medellín, para presenciar el encuentro de América contra Envigado, comportarse con prudencia, teniendo en cuenta que el fútbol es una forma de distracción y recreación y no un campo de batalla para defender un equipo.
Los problemas que se generan en los estadios:

La Comisión Pastoral de la Tierra divulgó, hoy (10), datos parciales sobre conflictos en el campo relativos a los meses de enero a septiembre de 2007. Según el informe, el 42,5% de los conflictos se registraron en los Estados bañados por el río São Francisco, objeto del proyecto de Transposición del gobierno federal y motivo del ayuno realizado por Don Luiz Cappio, en Bahía. Otro dato relevante fue el número de asesinatos, que llegó a 25, hasta diciembre de este año.

Teniendo en cuenta el territorio nacional, hubo un aumento del número de conflictos por el agua en relación con el mismo período del año pasado. En 2006, ocurrieron 38 conflictos. Este año, fueron 40. El número de personas involucradas fue más del doble: pasó de 12.632 a 25.919. La región Sudeste fue la que presentó el mayor aumento: de 6, en 2006, a 14, en 2007. De éstos, 11 ocurrieron en Minas Gerais.
En relación con la totalidad de conflictos en el campo, hubo una caída en los números de este año, observándose el mismo período del año pasado. El total de conflictos en el campo (por la tierra, por el agua, laborales, etc.) de 1.414, en 2006, cayó a 837. El número de personas involucradas pasó de 652.284 a 561.926, y el número de asesinatos de 30 a 19.
La región Sudeste fue la única que presentó un crecimiento en el número de conflictos, pasando de 180 a 193, y en el número de personas involucradas, que saltó de 71.983 a 112.356. "El gran progreso tecnológico aplicado al campo y el avance de los monocultivos generan, además de las riquezas propagandeadas, mayor desigualdad, exclusión y, como consecuencia de eso, nuevos y graves conflictos", señala el informe.
La acción de desalojo de familias de sus tierras aumentó en todas las regiones de Brasil. En 2006, por cada ocurrencia de conflicto hubo 1,2 familias expulsadas, 16 desalojadas y los asesinatos correspondían a uno por cada 47 conflictos. En el mismo período de 2007, por cada ocurrencia de conflicto se computan 5 familias expulsadas, 19 desalojadas y un asesinato cada 44 conflictos. Las familias expulsadas pasaron de 1.657, en 2006, a 2.711, en 2007.
Según la Comisión Pastoral de la Tierra, esos números demuestran que continúa muy elevado el número de familias sin tierra. De esta forma, hay una necesidad urgente de un programa efectivo de reforma agraria. Los programas asistencialistas del gobierno son señalados como desmovilizadores de la lucha por la tierra. "Lo que se puede sentir es que la no ejecución de la reforma agraria, con familias acampadas hace 4, 5, 6 o más años, desestimula el accionar de los trabajadores y de sus movimientos. El programa bolsa-familia, dando un mínimo de condiciones para que las familias tengan el alimento de cada día, termina enfriando el ímpetu de quienes, apremiados por la necesidad, tienen que buscar a cualquier costo sus medios de supervivencia", resalta el informe.